IRPF, IVA, Sociedades… ¿Te suenan pero no sabes por dónde empezar?
En este post te explicamos de forma clara qué son y cómo funcionan el IVA, el IRPF y el Impuesto sobre Sociedades, para que sepas diferenciarlos, cumplir con tus obligaciones y planificar mejor tus finanzas.
18 de agosto de 2025

📝- Index
Si términos como IVA, IRPF o Impuesto sobre Sociedades te resultan familiares pero confusos, este artículo te ayudará a entenderlos de forma sencilla y clara. Veremos qué significan, quién debe pagarlos y en qué se diferencian, para que tengas la base necesaria para gestionarlos sin agobios.
¿Qué son los impuestos?
Para empezar, es importante saber que los impuestos son una clase de tributo. Según la normativa, los tributos son ingresos públicos que la Administración exige de forma coactiva para sostener los gastos públicos.
El artículo 2 de la Ley General Tributaria define los impuestos como “tributos exigidos sin contraprestación cuyo hecho imponible está constituido por negocios, actos o hechos que ponen de manifiesto la capacidad económica del contribuyente”. En otras palabras, son pagos obligatorios que personas y empresas realizan al Estado para financiar servicios esenciales como la sanidad, la educación, las infraestructuras o la seguridad. Los impuestos se clasifican principalmente en:
Impuestos directos
Gravan directamente la renta o el patrimonio de una persona o empresa (como el IRPF o el Impuesto sobre Sociedades).
Impuestos indirectos
Gravan el consumo de bienes y servicios, y por tanto, la capacidad económica manifestada de forma indirecta (como el IVA).
IRPF: Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
El IRPF es, según el artículo 1 de la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, un “tributo de carácter personal y directo que grava, según los principios de igualdad, generalidad y progresividad, la renta de las personas físicas de acuerdo con su naturaleza y sus circunstancias personales y familiares”.
Esto significa que:
- Grava los ingresos anuales de las personas físicas: rentas del trabajo, del capital (intereses, dividendos), de actividades económicas (autónomos) y ganancias o pérdidas patrimoniales (venta de un inmueble).
- Es progresivo: el tipo impositivo aumenta a medida que lo hace la renta.
- Se adapta a las circunstancias personales y familiares del contribuyente, aplicando mínimos exentos y deducciones que reducen la carga fiscal (por ejemplo, por tener hijos, ascendientes a cargo, discapacidad, etc.).
IVA: Impuesto sobre el Valor Añadido
El IVA es el impuesto indirecto por excelencia y grava el consumo de bienes y la prestación de servicios. Aunque la carga económica la soporta el consumidor final, son los empresarios y profesionales quienes actúan como recaudadores para la Hacienda Pública.
Su funcionamiento se basa en un mecanismo de repercusión y deducción:
- IVA repercutido: Es el IVA que el empresario o profesional cobra a sus clientes en las facturas de venta.
- IVA soportado: Es el IVA que el empresario o profesional paga a sus proveedores en las facturas de compra de bienes y servicios necesarios para su actividad.
Periódicamente, se debe ingresar en Hacienda la diferencia entre el IVA repercutido y el IVA soportado deducible.
Impuesto sobre Sociedades: para empresas y entidades
El Impuesto sobre Sociedades es un tributo de naturaleza directa y personal que grava el beneficio obtenido por las sociedades y demás entidades con personalidad jurídica.
A diferencia del IRPF, que se aplica a personas físicas, este impuesto recae sobre entidades como sociedades limitadas, anónimas, cooperativas, etc. Su base imponible se determina partiendo del resultado contable, al que se le aplican los ajustes fiscales que establece la normativa específica del impuesto. Generalmente, se aplica un tipo de gravamen fijo sobre dicha base.
Diferencias clave en un vistazo
Impuesto | Naturaleza | Quién lo paga | Qué grava | Tipo de impuesto |
IRPF | Impuesto directo y personal | Personas físicas | Ingresos o rentas | Directo, progresivo |
IVA | Impuesto indirecto sobre el consumo | Consumidor final (a través de empresas) | Consumo de bienes y servicios | Indirecto, proporcional |
Impuesto sobre Sociedades | Impuesto directo y personal | Empresas y entidades jurídicas | Beneficios empresariales | Directo |
Por dónde empezar
- Determinar la condición del contribuyente: Es fundamental saber si actúas como persona física (trabajador, profesional autónomo) o como persona jurídica (empresa) para identificar tus obligaciones principales.
- Identificar las obligaciones tributarias aplicables: Una vez definida tu condición, debes conocer qué impuestos te corresponden, así como los plazos y modelos de declaración para evitar posibles sanciones.
- Organizar la contabilidad y facturación: Un registro ordenado de ingresos, gastos y facturas es la base para poder liquidar correctamente los impuestos y cumplir con las obligaciones formales.
Con esta guía básica, ya puedes diferenciar entre IVA, IRPF e Impuesto sobre Sociedades y entender cómo afectan a tu actividad. El siguiente paso es profundizar en los plazos y procedimientos de presentación para que tu relación con Hacienda sea fluida y sin sorpresas.
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Entender qué es el IVA, el IRPF y el Impuesto sobre Sociedades es el primer paso, pero asegurar su correcta gestión es fundamental para la salud financiera de tu actividad o empresa. La normativa fiscal es compleja y está en constante cambio, y un error u omisión puede acarrear consecuencias significativas.
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